lunes, 9 de mayo de 2011

La actividad pesquera

Dentro de las políticas desarrollistas de las décadas del 1.950 al 1.970, España se puso como meta conseguir ser una potencia mundial en la obtención de recursos marítimos ( Labarta, 1985 y otros). La flota española conseguía grandes capturas en unos caladeros considerados libres, aunque para ello tuvieran que alejarse mucho de nuestra plataforma continental y faenar en aguas jurisdiccionales de otros paises.

La pesca ha mantenido su importancia en España hasta la actualidad. Hasta los años 1980 los barcos españoles faenaban en caladeros de todo el mundo, apoyados en una flota de barcos congeladores. De esta forma se proporcionaba pescado a los mercados a unos precios relativamente bajos. Esto continuó así hasta que las naciones que veían como eran esquilmados sus recursos pesqueros sin ninguna compensación decidieron, en la Conferencia del Mar auspiciada por la ONU (Oya, 1995; Salvá, 1990) aumentar sus aguas territoriales hasta las 200 millas náuticas.

A partir de entonces a España no le quedó otro remedio que negociar con los distintos países, acuerdos convenientes para las dos partes si quería seguir pescando en esas aguas. Estas negociaciones continúan actualmente con diversos países fuera del ámbito de la CE, puesto que en el ámbito interno de la CE, es la Comisión Europea la encargada de negociar las cuotas de pesca y los caladeros para todos los países que la integran, al entrar la pesca dentro de la política común. Al mismo tiempo la CE puede decretar vedas en determinados caladeros o restricciones pesqueras sobre algunas especies en peligro de sobreexplotación, como ha ocurrido con el boquerón en el Cantábrico, vedado durante algunos años para lograr su recuperación.

De todas formas, aún con los acuerdos que España ha conseguido con diferentes países el acuerdo de las 200 millas se saldó con: la pérdida de caladeros (por ejemplo, Noruega, Boston, Terranova, etc.); la desaparición de algunas pesquerías (como la del bacalao); programas de eliminación de grandes barcos; la constitución de innumerables empresas mixtas (muchos pescadores españoles trabajan bajo pabellón inglés, argentino, namibio, etc.), y la existencia de una flota con un carácter itinerante, que si no puede pescar en un caladero se marcha a otro que esté abierto.[2]

Los barcos españoles faenan a lo largo de todo el mundo, tanto en el Atlántico (Marruecos, Mauritania, Guinea-Bissau, Guinea-Conakry, Angola) como en el Pacífico oriental, aguas árticas y más recientemente en el Índico (Madagascar, Seychelles, Comores, Mauricio. ( ver el mapa de la imagen)

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